ACEPTAR EL MIEDO DE HACER COSAS DIFÍCILES Y HACERLAS DE TODOS MODOS
Soy Shea. Una ultramaratoniana a base de plantas en una búsqueda perpetua de estímulos, endorfinas y los mejores lugares para picar algo en los senderos. Cuando no estoy recorriendo los senderos, me encontrarás devorando mi peso en bayas, conquistando distancias que van desde 26,2 a 100 millas, y buscando perros para acariciar (a veces todos a la vez).
He corrido en algunas de las montañas más increíbles con vistas panorámicas sobrecogedoras, pero tengo que decir que lo que se me viene a la cabeza era una carrera de trail muy normal. Llovía a cántaros, había barro por todas partes y las vistas eran inexistentes, pero hubo un momento en el que observar el agua de lluvia arremolinándose en el barro, acumulándose en charcos y la sensación de las gotas golpeando mis brazos y piernas fue etéreo. El olor a tierra mojada combinado con el sonido de la lluvia al golpear las hojas de las copas de los árboles y la sensación de absoluta frescura limpiadora del agua me recordaron el regalo que es poder experimentar la vida tan vívidamente en los senderos.
Hacer senderismo en Alaska sobre un glaciar y ver de primera mano cuánto había retrocedido me abrió los ojos y encendió mi pasión por la gestión planetaria y la sostenibilidad. La magia y la belleza de estos entornos han seguido fascinándome en este deporte, y espero que las generaciones futuras también puedan experimentarlo.