1. Consuma suficientes calorías

Ahora que estás lesionado, lo importante no será la cantidad de calorías sino la calidad de las mismas. Debes concentrarte en calorías de alta calidad, aquellas que proporcionan vitaminas y minerales junto con energía, como combustible que te sacia y te cura. Eso significa alimentos con fibra, proteínas y fitonutrientes coloridos.

2. Controlar la inflamación

Ya sea un esguince, una distensión, un desgarro o una tendinitis, reducir la inflamación se convierte en su objetivo principal, dice Anna Turner, RD, CSSD, nutricionista de St. Vincent Sports Performance en Indianápolis, IN.

Pero cuando su cuerpo se encuentra en un estado prolongado de inflamación (por ejemplo, después de una lesión grave), su sistema inmunológico está en alerta máxima, lo que no sólo puede obstaculizar el progreso de la curación, sino también provocar más hinchazón y daño.

Las frutas, verduras y grasas saludables como la chía y las semillas de lino ayudan a reducir la inflamación en el cuerpo.

Además, disminuir la cantidad de alimentos proinflamatorios es muy importante. Se deben evitar los azúcares refinados, los aceites, las carnes procesadas y los alimentos ricos en grasas.

3. Aumente su ingesta de proteínas

La proteína es esencial en el proceso de reconstrucción de las fibras musculares dañadas después de un entrenamiento. También tenga en cuenta que cuanto más músculo pierda un atleta durante este período de actividad limitada, más tiempo le llevará volver al 100%.

Además de desarrollar y reparar los músculos, las proteínas ayudan a desarrollar y reparar el colágeno y a mantener saludable el sistema inmunológico.

Un estudio de 2015 analizado en Sports Medicine informa que una ingesta de proteínas aún mayor (alrededor de 2 a 2,5 g/kg/día) puede ayudar a minimizar la pérdida muscular durante la inmovilización. Eso es una tonelada de proteína para la mayoría de nosotros, y los investigadores agregan que, como mínimo, no debes bajar tus niveles de proteína para el gimnasio. Por lo tanto, intente consumir de 20 a 30 gramos de proteína con cada comida y refrigerio para maximizar la curación muscular. Las proteínas vegetales son las más ideales: soja orgánica, semillas de cáñamo, semillas de chía, frijoles y legumbres, quinua, así como el pescado.

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4. Favorecer los alimentos de calidad

Para ayudar a tu recuperación vas a tener que adoptar una dieta sana y completa , si aún no lo estás haciendo. Reduzca el consumo de alimentos procesados ​​y concéntrese en los alimentos integrales. No debes limitar tus carbohidratos pero puedes optar por cereales integrales en lugar de harina blanca, por ejemplo. Llénate de frutas y verduras. Y concéntrese en buenas fuentes de grasas, incluidas nueces y semillas, aguacate, aceite de oliva y pescado azul como el salmón o el atún, que contienen altas cantidades de ácidos grasos omega-3.

5. Hidratar

Es fácil olvidarse de la hidratación cuando el cuerpo no practica. El agua participa en todos los procesos que tienen lugar en el cuerpo, por lo que es importante asegurarse de obtener suficiente agua, ya que esto ayudará a transportar más nutrientes por todo el cuerpo, lo cual es esencial para la curación. Concéntrese en el agua, no en las bebidas deportivas, ya que no necesitará reponer tanto glucógeno o electrolitos durante el tiempo de curación.

Por supuesto, cada cuerpo reacciona de manera diferente ante una lesión, así que presta atención a tu cuerpo y no te fuerces a adoptar una dieta si te parece inadecuada. Lo único que tienes que hacer es comer sano, descansar y aplicar nuestros consejos tanto como puedas. Mientras tanto, si quieres conocer más sobre nuestros consejos nutricionales, haz clic aquí .