Ya han pasado 3 semanas desde que comenzaron su monumental expedición, la dureza de los témpanos de hielo ya se ha sentido en el equipo. En los últimos días se han puesto a prueba.

Primero, una pared de hielo infranqueable, formada por los movimientos del hielo que chocaba con el continente, bloqueó su camino. Ante este imprevisible obstáculo, tuvieron que desviarse de su ruta para dar un rodeo de varios kilómetros.

Como si este desafío no fuera suficiente, el desgaste causado por este entorno inhóspito se apoderó de las fijaciones de esquí de Jacob. Por lo tanto, el par de esquís de emergencia se puso en servicio antes de correr la misma suerte.

En las últimas semanas, el equipo ya había experimentado caminar sobre el témpano de hielo. Ahora se les impone. A pesar de esta dificultad, han logrado mantener el ritmo.

Actualmente el hielo tiene una textura muy rugosa, comparable a la del asfalto, lo que hace que los patines de los trineos se deslicen de forma muy ineficiente sobre el hielo. Aunque son considerablemente más ligeros que al principio, los trineos siguen siendo muy difíciles de tirar, lo que los ralentiza bastante.

Con enormes montículos de hielo en su camino, que creen que son causados ​​por bancos de arena, no pueden simplemente seguir la línea recta de la brújula.
Desviarse de su rumbo y navegar entre los montículos añade un aspecto técnico a las jornadas y las hace mucho más largas.

Finalmente fue la rodilla izquierda de Guillaume la que les obligó a tomarse un descanso de media jornada el miércoles. Después de descansar en medio del campo de hielo y ser examinado por un médico, Guillaume y el equipo pudieron continuar.

El grupo, una vez más, reanudó su marcha con sus trineos en dirección sur.

Nicolas, Guillaume y Jacob continúan su camino y se acercan lentamente a la primera estación de servicio. Mantienen la cabeza fría y toda su preparación les permite tener confianza para el siguiente paso.

Nuestros amigos están terminando de cruzar la "Bahía Noruega" y dentro de tres días deberían estar en la isla Devon, la isla deshabitada más grande del mundo, que no rodearán sino que atravesarán. Todo para evitar caminar sobre el hielo. Después de eso, les quedarán unos 12 días de esfuerzo para llegar a Resolute.

Los chicos pudieron disfrutar de un sol enorme la mayoría de los días y de un cielo impresionante. En esta etapa de la expedición el sol ya no se pone. Un intenso resplandor permanece en medio de la noche, iluminando el helado desierto ártico donde los hombres llaman hogar temporalmente.

El frío sigue calándoles los huesos, y la humedad impresionante, que no habían previsto, ¡llegando algunos días hasta el 80%!

Los buenos y viejos zorros árticos todavía están con ellos y aparentemente se han convertido en sus mayores admiradores.

Ahora son extremadamente eficientes en su rutina diaria. Montar y desmontar el campamento, gestionar el material, "cocinar" la copiosa comida deshidratada, tomar decisiones, elegir qué corbata ponerse. Todo les lleva mucho menos tiempo que antes.

El equipo está trabajando al máximo, esquiando hasta 12 horas algunos días.
¡Quieren enviar un agradecimiento especial a todos por las amables palabras de todos!

Han sentido el apoyo de la comunidad y están muy contentos de ver que, aunque son pequeños en medio del Extremo Norte, ¡no están solos!

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