Debido a sus numerosos beneficios para la salud y el medio ambiente , el consumo de insectos (llamado entomofagia) se está volviendo cada vez más común. Los grillos son ricos en proteínas, calcio, hierro, vitamina B12 y muchos otros nutrientes, lo que los convierte en una alternativa interesante a la proteína animal. Sin embargo, esta nueva tendencia también trae consigo nuevas preguntas. Existe un debate sobre si los grillos pueden sentir dolor y, por tanto, sufrir durante su captura. Se han llevado a cabo varios estudios para intentar abordar este problema.
Para empezar, analicemos este tema a nivel científico. Según este artículo , los insectos carecen de nociceptores, más comúnmente conocidos como sensores del dolor . Esta estructura neurológica transforma el estímulo en una experiencia emocional. Por lo tanto, se cree que los insectos no pueden reaccionar emocionalmente a las experiencias físicas.
Otra idea a tener en cuenta es que la vida de los insectos es corta : aproximadamente 6 semanas para los grillos. Como resultado, los grillos deben centrarse únicamente en comer y reproducirse. Imaginemos que un grillo se lesiona; sentir dolor le haría querer descansar y sanar. Esto no sólo reduciría el tiempo que tiene para comer y reproducirse, sino que también supondría una pérdida de tiempo ya que sólo estaría curado los pocos días que le quedan de vida.
Sin embargo, como se explica en este artículo , es importante comprender que el dolor y el sufrimiento no dependen únicamente de los sentidos. De hecho, también se puede sentir dolor a través de los sentimientos . Si bien algunos estudios muestran que los insectos pueden tener emociones, éstas no están relacionadas con los sentimientos. Las emociones se refieren a la forma en que el organismo reacciona a los estímulos, pero sólo conducen a sentimientos si el organismo es capaz de vincular la experiencia a una experiencia pasada similar, placentera o desagradable. Y el tamaño del cerebro de los insectos no les permite hacer esto.
En resumen, hay que tener en cuenta muchos aspectos para abordar la cuestión de la capacidad de los insectos para sentir dolor, ya que no tenemos forma de comunicarnos directamente con ellos. Sin embargo, el resultado de todo esto es que la mayoría de los científicos coinciden en que los insectos no tienen la capacidad, ni la utilidad, de sentir dolor. El debate no está cerrado y las opiniones aún difieren, por lo que todos somos libres de desarrollar nuestras propias creencias sobre este tema.
Los grillos siguen siendo organismos vivos y, por tanto, merecen ser tratados con humanidad y consideración. Nuestros grillos provienen de una granja de insectos en Ontario llamada Entomo Farms , donde viven en condiciones similares a las que conocerían en la naturaleza, en condominios oscuros y cálidos. Son libres de moverse y comer cuando y donde quieran. Lo más importante es que se respeta su ciclo de vida y la cosecha se realiza al final de su vida natural. Puede obtener más información sobre Entomo Farms aquí.
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